Pequeña reflexión.

Este post es un pequeño fragmento de el libro "La sabiduría de los chistes, Historias iniciaticas" de Alejandro Jodorowsky editada por DEBOLSILLO.

"Las dos gateras

Un artista japonés tenía dos gatos, uno grande y uno chico. Hizo dos gateras en la puerta, una grande y una chica. Un amigo que pasaba por ahí se sorprendió:
-¿Por qué dos gateras? ¡Una abría sido suficiente!
-¿Cómo? Hay una para cada gato
-Fíjate bien: La grande habría bastado para los dos gatos.
-Tienes razón. No lo había pensado.
Esta Historia es un poco rara. La encontré en un librito:Le Chat et le Samorai, contes du japon Se trata de una recopilación de historias iniciáticas que el sentido de la lógica.
En la anterior, hay dos tipos de lenguaje: el del corazón y el intelecto.
El artista tenía gatos en tanto que el intelectual no tenía.
¿Cómo este último habría podido imaginar el amor que el artista sentía por sus gatos?
Podría pensarse que la respuesta que la respuesta del artista muestra un espíritu un poco simple o podría pensarse que su contestación significa: yo no utilizo el intelecto en relación con los asuntos que pertenecen al orden del amor. El intelecto no tiene lugar en el lenguaje del corazón. Yo quiero honrar a mis dos gatos dándoles una entrada a cada uno. Si el pequeño utiliza la gatera grande, es cosa suya. Que haga lo que quiera. Tal vez un día el grande se contorsione como loco al tratar de utilizar la gatera chica. En verdad, lo único que me importa es dar a cada uno su lugar.
Todos nosotros tenemos una puerta que nos corresponde.
No todos podemos pasar por la misma, por grande que sea.
Esto me recuerda que, en la imaginería popular, San Pedro aparece con un nutrido manojo de llaves. Nos preguntamos a qué se deben tantas llaves. ¿Acaso el paraíso tiene muchas puertas?
Yo encontré ya una respuesta. San Pedro lleva muchas llaves porque cada uno de nosotros llega con las suya. San Pedro tiene las llaves de todos aquellos que ya entraron. Suponiendo por un momento que el paraíso exista, esto quiere decir que cada quien tiene su propia entrada, y que no se puede pasar por la de otro.
Kafka escribión un cuento sobre este tema. Un hombre llama a la puerta de la justicia, pero el guardia lo rechaza. Inciste con regularidad, pero el guardia siempre lo rechaza y lo disuade de entrar. Ya viejo y agonizante, el hombre pregunta porqué jamás vio a otro que probara con esa puerta y entonces el guardia responde que dicha puerta había sido creada únicamente para su uso.
El manojo de llaves de San Pedro es una versión positiva del cuento de Kafka. Se trata de la misma idea. En la mía, se posee la llave y se entra; en la suya, se carece de la llave."

Pequeños fragmentos dedicados a Amarillo
El amor es infinito en el universo admirado por el gato dorado de la montaña sagrada.

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